Esta anomalía del tejido mamario afecta a más de la mitad de las mujeres y se agudiza con cada menstruación
Es una alteración benigna de la glándula mamaria que se produce por un desequilibrio de las hormonas sexuales femeninas (progesterona y estrógenos) y puede condicionar la aparición de quistes mamarios. Es muy frecuente –afecta a más del 50% de las mujeres- y puede presentarse a cualquier edad después del inicio de la menstruación, con mayor incidencia entre los 35 y los 49 años.
Generalmente se sitúan en los cuadrantes externos de las mamas y los síntomas más frecuentes son alteraciones en la consistencia de la mama (formación de fibrosis y quistes), hipersensibilidad manifiesta, dolor cíclico y sensación de hinchazón. Los nódulos pueden desaparecer cuando finaliza la menstruación.
¿Cómo sé si tengo mastopatía fibroquística?
Si al realizar una autoexploración mamaria percibes zonas nodulares más duras que pueden producir cierto dolor y que se acentúan los días previos a la regla. Su tamaño y consistencia es variable y, por lo general, se suelen detectar en revisiones ginecológicas periódicas.
A través de la exploración, el especialista médico, puede palpar la presencia de dichos nódulos o quistes y para confirmar su naturaleza benigna, suele realizar una ecografía mamaria, una mamografía o una punción-evacuación de su contenido.
¿Qué factores propician la aparición de estos nódulos?
- No haber tenido hijos
- Maternidad tardía
- Una dieta rica en grasas de origen animal.
- Un alto consumo de metilxantinas (café, nueces, té negro, chocolate, etc.)
- Ingerir alimentos con alto contenido en sal
- Obesidad
¿Aumenta el riesgo de padecer cáncer?
No aumenta el riesgo, pero la densidad de la mama dificulta la exploración clínica y radiológica para el diagnóstico del cáncer. En las pruebas citadas, se determinan tres niveles de gravedad de la alteración del tejido, del grado I al III. No obstante, el riesgo de padecer cáncer de mama de las mujeres con una mastopatía de grado II o III es ligeramente superior a aquellas que no tienen anomalías en las glándulas mamarias o tienen una de grado I.
¿Existe un tratamiento específico?
En general, la también denominada displasia mamaria no suele requerir de un tratamiento específico, a excepción de pacientes sintomáticas que manifiestan dolor en las mamas, en cuyo caso se pueden aplicar soluciones tópicas con géstatenos o aceite de Primarosa.
Si las molestias persisten, el especialista médico puede recurrir a un tratamiento hormonal. Lo idóneo es acudir a un ginecólogo para que pueda valorar su caso. En Clínica Camelias, la Dra. Maite González, realizará las pruebas pertinentes para realizar un diagnóstico preciso. Pida cita, aquí.